“Un
Campamento Inolvidable”
Por:
Juan Jose Paredes Paco
“¡Chiki tome el mando!”
gritaba la Capitán Rengel a un adolescente de 12 años entre los más de 190
campamentistas formados. Es su primer campamento militar y con tan solo un
metro y diez centímetros de estatura guiaba a una de las dos compañías del
campamento. Sin lugar a duda uno de los mejores campamentos de adolescentes en
el transcurso de estos años según el testimonio de varios participantes y
líderes.
Es la
segunda versión del campamento “Nacidos para predicar” que se llevó del 7 al 10
de Julio. Juegos, instrucción, concursos, predicas, talleres, consejería, más
de 50 campamentistas salieron al frente en el llamado para conversión, más de
15 adolescentes aceptaron el llamado para ser pastores, más de 10 se
bautizaron… son solo unas cuantas actividades que se vivieron en esos cuatro
días de bendición. Sorata fue la casa de este evento, para ser más específicos
en la casa de retiro “La Espada” y Fueron 13 iglesias las que participaron en
esta evento: Winchester, Comanche, Viacha, Munaypata, Marquirivi, Miraflores,
Villa Fátima, Playa Verde, Ciudadela, Patacamaya, Aranjuez, Portada y Villa Exaltación.

A
pesar de que aún no se tuvo la reunión de evaluación muchos ya tildaron al
campamento como exitoso ¿A qué se debe esto? Lo cierto es que desde febrero se
tuvo reuniones de organización todos los días martes, madrugadas de oración los
domingos, un retiro de líderes y cadena de ayuno desde febrero. Todo lo debemos
a Dios, buscamos de Dios y Dios respondió. Cualquiera diría que fue gracias a
la organización pero yo digo que fue gracias al ayuno y oración. Los 29 líderes
voluntarios del distrito estaban en cadena de ayuno y oración desde febrero,
comprometidos con la visión de ayudar a más adolescentes a conocer a Cristo. Ya
desde febrero se iban sumando los líderes al equipo. Se determinó el precio del
campamento que solo serían 110 Bs, dicho precio no cubría los gastos y es por
eso que esos 29 líderes empezaron una campaña para recolección de fondos.
Varios días a la semana salían a vender café al Prado o la Buenos Aires,
también se pusieron a vender himnarios y se recogieron ofrendas especiales. Con
todo eso se pudo comprar 195 poleras para todos los campamentistas. También fueron
parte del retiro de líderes donde se los preparó y motivó para el trabajo con
adolescentes. Todo para poderles dar uno de los mejores recuerdos a los
campamentistas.

“Nacidos
Para Predicar” no solo es un campamento más, sino que es parte de un proyecto
donde apuntamos a un discipulado a base de los campamentos. Tratamos de
movilizar a toda la iglesia local para preparar a los líderes del mañana y el
material que se enseña a los adolescentes es totalmente de creación local. Los
talleristas durante el campamento son pastores jóvenes de nuestra denominación que,
al igual que los demás, están comprometidos con la misión del campamento.
Cuando llego el día “D” el día
del campamento, todos estaban listos y como era de esperarse también los problemas.
El bus contratado, a última hora nos informó que no podría ir y en su lugar
dejo a otro chofer con un bus de menos asientos. La incomodidad no sería un
problema pues Dios nos llamó y obedecimos su voz. Muchos líderes locales
querían inscribir más campamentistas a última hora a pesar de que hace más de dos
semanas se cerraron las inscripciones, problemas clásicos pero todo ello no evitaría
que el campamento se lleve acabo.
Algunas
iglesias llegaron antes que los líderes del distrito, pero para cuando llegamos
uno de los equipos ya se estaba haciendo cargo del repartimiento de
alojamientos. Rápidamente los líderes distritales se empezaron a cambiar. Todos
de uniforme camuflado; uno que otro con ropa de pre-militar. El campamento ya
había dado inicio. Los nuevos pasando orden cerrado con sus respectivos
instructores y todos los antiguos dando el examen de lo aprendido el año
pasado. Pues para algunos era su segundo campamento “Nacidos Para Predicar”

El
campamento se dividió en dos compañías: la compañía “A” y a compañía “B” cada
una al mando de un Mayor. A la vez las compañías estaban divididas en tres
secciones y cada sección a cargo de un Capitán. Cada sección estaba dividida en
tres o cuatro escuadras de 9 campamentistas y estas a cargo de un teniente o
sub teniente. Se organizó a los líderes locales en un escuadrón de sargentos,
ellos tenían el trabajo de corresponsales de guerra de las actividades y tenían
distintas misiones como la ayuda en la cocina. También se formó la junta de
pastores que al igual que todos en el campamento formaban con los adolescentes
presentando sus gritos de guerra y dando parte dentro del campamento. La
batalla más importante la peleaban nuestros pastores en el cuarto de guerra
donde ellos oraban por cada petición de los campamentistas. Ellos fueron los cimientos
del campamento y cumpliendo el rol de concejeros, ayudando no solo a los
campamentistas sino también a los líderes. Como olvidar la escuadra más
importante, que era la de cocina, donde hermanas de distintas iglesias nos
colaboraron con tan digna tarea y vale resaltar que sin ellas no podríamos
haber continuado. Así dio inicio el campamento “Nacidos Para Predicar II” una
actividad que cambiara la vida de no solo adolescentes sino también de líderes.
Cada
actividad realizada estaba a cargo de un equipo que ya desde La Paz se preparó
para dichos sucesos. Había juegos por yuntas (parejas) donde cada campamentista
con la ayuda de otro tenían que superar distintas pruebas físicas con el
objetivo de fortalecer la amistad y como dice la palabra de Dios: mejor son dos
que uno. Los juegos por escuadras para poder motivar a la unión por
escuadras. Y las distintas actividades…
tiempo nos faltó para algunas. El campamento culmino con el bautizo de más de
10 campamentistas y uno de los instructores que con todo y uniforme decidió
sellar su amor a Dios en las aguas del bautismo. Realmente los cultos fueron
inspiradores donde se vio tristeza por los pecados y un afán de santidad.
A pesar de todo hubo a algunos
campamentistas que no les gusto el estilo militar y eso es natural. En
entrevistas personales con ellos pude notar que a pesar que no les llama la
atención el estilo militar; los cultos, los talleres, las alabanzas y la
palabra predicada les gustó mucho. La palabra fue sembrada y esperemos con
paciencia que de fruto en sus vidas.
Palabras
me faltan para describir todo lo que se vivió durante esos cuatro días pero
podemos concluir diciendo que fue un campamento de bendición y para muchos
inolvidable o así lo dicen las distintas redes sociales. Por ahora el equipo se
alista para el culto re-encuentro y para los siguientes proyectos. Uno de ellos
es la organización de un campamento para fin de este año en el distrito Yungas
y también el siguiente campamento del año que viene, si así Dios lo quiere,
“Nacidos Para Predicar III” Donde no solo apuntaremos a un solo distrito y
quién sabe si así Dios lo quiere, denominación.
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